jueves, febrero 07, 2008

Esponsales




Somos hijos de una pequeña ciudad a la que hemos ayudado a encontar su mejor forma, a la que pretendemos e impulsamos como más lúcida, más culta, más festiva, más solidaria.
Una ciudad que reinventamos cuando la narramos. Una ciudad que tiene un alma maravillosa, que hizo su ilustración a final del S. XIX impulsada por una clase obrera espléndida.
Una ciudad con buen material mítico y potentes atmósferas.
Somos , como se puede notar, asquerosamente gijoneses.

Paco Ignacio Taibo II



Leía este pequeño párrafo y me dió por pensar en mi hermano, en nuestra infancia de provincia, las complicidades que hemos creado con los años, y en esta ciudad que ahora se ha vuelto nuestro hogar.



Felicidad, mi querido hermano.


Sabina. Noches de boda

4 Mordiscos:

38 grados dijo...

A mi la ciudad me desata sentimientos contradictorios...por un lado es mi elemento natural...nací, vivo y seguramente acabaré en ella. Pero por otro lado el verde, los campos, la tierra...es como otra vida no vivida.
un abrazo

Anónimo dijo...

Ese párrafo hay que cantarlo un día de estos. Qué foto.

tomatita dijo...

Sí, buzo, deberíamos cantarlo, o empapelar la ciudad con sus palabras.
La foto la hice desde las chaponas, en uno de esos atardeceres hermosotes del norte.

Besos, buzo.

Buen Sur dijo...

Brindis, lágrimas, Gijón y brisa de sábado por la mañana ¿alguien ha visto a Jean-Paul Sartre? Esto es escritura automática. Saludos