Pensamientos con sordina

Te cosería al dobladillo de mis pantalones para verte ,sólo, cuando mi cabeza se arruga por el peso de las horas.

Estrecharía mis perneras en caso de inercia, burlando los escondites.

Solamente te descubriría ,ebria, justo cuando las nubes ponen los pies boca arriba.

Dejaría de pisar charcos o atiborrar mis bolsillos de figuras y cortesanos.

Quizás, entonces, me haga notar por mis rarezas, pero ya no importaría, porque en las costuras de mis remiendos llevaría la levedad de mis actos, del abatimiento, mi añoranza.

Tengo la impresión que después de haber amado nos hacemos melancólicos porque, al igual que los artistas, queremos imitar reteniendo visiones fijas, no sólo una vez sino continuamente, convirtiendo una vaguedad en talento.


Foto: Javier Silva Meinel


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