sábado, octubre 20, 2007

Zapatistas y manzanas


Dice Durito que la vida es como una manzana.

Y dice también que hay quienes la comen verde, quienes la comen podrida y quienes la comen madura.

Dice Durito que hay algunos, muy pocos, quienes pueden elegir cómo se comen la manzana: si en un hermoso arreglo frutal, en puré, en uno de esos odiosos (para Durito) refrescos de manzana, en jugo, en pastel, en galletas, o en lo que dicte la gastronomía.

Dice Durito que los pueblos indios se ven obligados a comer la manzana podrida y que a los jóvenes les imponen la digestión de la manzana verde, que a los niños les prometen una hermosa manzana mientras se la envenenan con los gusanos de la mentira, y a las mujeres les dicen que les dan una manzana y sólo les dan media naranja.

Dice Durito que la vida es como una manzana.

Y dice también que un zapatista, cuando está frente a una manzana, le saca filo a la madrugada y parte la manzana, con certero golpe, por la mitad.

Dice Durito que el zapatista no intenta comerse la manzana, que ni siquiera se fija si la manzana está madura, o podrida, o verde.

Dice Durito que, abierto el corazón de la manzana, el zapatista toma con mucho cuidado las semillas, va y ara un pedazo de tierra y las siembra.

Después, dice Durito, el zapattista riega la matita con sus lágrimas y sangre, y vela el crecimiento.

Dice Durito que el zapatista no verá el manzano florecer siquiera, ni mucho menos los frutos que dará.

Dice Durito que el zapatista sembró el manzano para que un día, cuando él no esté, alguien cualquiera pueda cortar una manzana madura y ser libre para decidir si se la come en un arreglo frutal, en puré, en jugo, en un pastel o en uno de esos odiosos (para Durito) refrescos de manzana.

Dice Durito que el problema de los zapatistas es ése, sembrar las semillas y velar su crecimiento. Dice Durito que el problema de los demás seres humanos es luchar para ser libres de elegir cómo se comen la manzana que vendrá.

Dice Durito que ahí está la diferencia entre los zapatistas y el resto de seres humanos: Donde todos ven una manzana, el zapatista ve una semilla, va y prepara la tierra, siembra la semilla, la cuida.

Fuera de eso, dice Durito, los zapatistas somos como cualquier hijo de vecina.
Si acaso más feos, dice Durito, mientras de reojo mira cómo me quito el pasamontañas.

Subcomandante Insurgente Marcos.

Editorial Revista Rebeldía




3 Mordiscos:

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Coñe, has actualizado justo cuando te comentaba en el post anterior (lee el coment que he puesto, porfa).

Parece que le hablas a la manzana. Qué le decías?

Besos.

Anónimo dijo...

dime o no me digas Eva grandiosa suprema,de cu�tara,que mientras te com�as la manzana ...ummmm
alguien se com�a un cocido en taperware reposado en tu barriguilla...
ese pelo bajo tu pecho casi a la altura de tu ombligo...
ai si yo fuera policia jajajaja
igual me encuentro a un descendiente de Conan Doyle.
No he visto a tal pelirrojo pero si una vez serv� a la autora y no veas como le privan ella y sus colegas, la verdad como todo hijo de vecino por aqu� arriba,
old lassies and ladies drinking whisky aye!!!la ra ri la irla ii ila hei hei,la ra li la li la l ti ri ti ti ti hei hei.....hei hei

38 grados dijo...

"Los hijos de los zapatistas, dueños de nada como no sea su dignidad, pasan su día jugando a que son soldados que recuperan las tierras que les quitó el gobierno, juegan a que siembran la milpa, a que van por leña, a que se enferman y nadie los cura, a que tienen hambre y, en lugar de comida, se llenan la boca de canciones" (también palabras del subcomandante) Estuve una vez en Chiapas y pienso regresar.