Visconti sabía lo que se hacía cuando Gustav se enamoraba perdidamente del jovencísimo Tadzio en “Morte a Venecia” a través del famoso adagietto de Mahler.
Este adagietto pequeño y encendido es una piedra más del edifico levantado para salvar lo que se hunde. Aquél que ha contemplado la belleza está condenado a seducirla o morir.
Hace años que no sucumbía a la tristeza larga y hermosa de sus composiciones.
La sinfonía nº 5 me devuelve el eco de viejas luces.
En la coreografía de arcos y platillos, fracs y faldones, recordaba aquellos sábados ,de mañana, en que mi madre dedicaba su escaso tiempo libre para leer sus libros y disfrutar de las embestidas musicales de Mahler.
Ahora entiendo. Igual que bronces hundidos, lo físico y espiritual lucha abandonado sobre el hueco de las clavículas, esa tierra de nadie.
Adegietto from Symphony Nº5 Gustav Mahler.
La NüBe
sábado, octubre 20, 2007
Sinfonía
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 Mordiscos:
me has puesto la piel de gallina...había oído esta sinfonía pero no tenía ni idea si era de Mahler o de quién....gracias por darnos esta música....hoy mi día va a ser mucho más bonito.
Abrazos mil
pd.sería muy feliz si por solo dos segundos fuera capaz de hacer la pose y el salto del bailarín!
Me alegra que te haya gustado...y los ojillos me hacen chiribitas por conseguir hacerte mejor el día.
En cuando a lo de saltar, no sé si es consuelo, pero es que Baryshnikov solo hay y habrá uno en el mundo, el resto de los mortales tendremos que conformarnos con saltar a la comba.
Te abrazo, 38 grados.
En estos momentos me he mecido en la levedad y la emoción de las notas..., y se agradece, querida Tomatita.
Y no sólo tu abrazo me sirve..., sino también tus palabras :)
Por cierto, esta noche he soñado contigo..., sí, sí, como lo lees!
Te cuento el sueño por email? (tranqui, que no es guarro). Escribe a: soulete@gmail.com, si te apetece. Y hablamos.
:)
Publicar un comentario