Supongo que no es buen ejercicio escribir cuando te sientes un guiñapo.
Hoy me he despertado de mejor humor, a lo mejor tiene que ver con que haya vuelto a recuperar el sentido del olfato, miento si dijera que completamente, pero me conformo con distinguir tu perfume del café con leche.
Pero si me acerco a las palabras es porque he recordado que ya hace un año que comenzamos esta especie de diario de bitácora. Lo cierto es que nunca confié demasiado en mis posibilidades de permanencia, porque siempre he sido de la libreta roída en el bolso y un lápiz cercano para despellejar mis sentidos o los ajenos.
Sin embargo, he de confesar que me agrada pararme a canturrear sílabas sobre la pantalla, a menudo la mejor terapia contra mis tropiezos.
En esta ocasión , no hablaré de mí, sino de la persona que me embarcó en este microcosmos bloggero del que ahora mismo no puedo escapar.
Es la otra parte de este cuento diario, que siempre está presente pero que casi nunca saluda. Es la Olivilla de este huerto, es mi querida Ana, que como siempre y a pesar de la distancia, sigue regalando vida y amor a quienes tenemos el honor y el placer de compartirla, de quererla.
Lo siento, Anita, pero no llego a recordar el momento justo en qué nos conocimos ni siquiera cual fue el instante en que conquistaste mi cabeza y mis afectos...supongo que no es importante saberlo, a pesar de que a veces me lo pregunte, el caso es que sigues dentro: “tu nombre está en mi corazón como en un cascabel”.
Quizás no conozcáis a Ana, la reina de las hadas..
Ella siempre camina de puntillas, y sus huellas suenan al tintineo de las hojas cuando se acunan bajo el viento, Anita es la candileja que aviva los fuegos, el corazón de las luces que arden con fuerza. Sus manos son pequeñas, pero siempre juegan, siempre abrazan. Ana, la olivilla de este cuento, de este cuarto con vistas al mar, es la risa más poderosa, la salvación de los ausentes, ella es la reina de las hadas....
Y si tuviera que quedarme con tu imagen, mi querida amiga, te recordaría tumbada al sol estival sobre el verde brillante del parque del Barbaña rodeada de todas nosotras o aquella noche que aprendiste a volar a lomos de una escoba pintada de malva entre el callejero empedrado de Cimadevilla.
Así que , mi linda, mi sol, querida Ana, permíteme que hoy te dedique mis palabras y afectos, mi día de los enamorados, porque como siempre has hecho, consigues un mundo multicolor, incluso cuando está nublado.
Ya sabes que te adoro.
miércoles, febrero 14, 2007
La Oliva
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6 Mordiscos:
Supongo que el día en que alguien me dedique unas palabras como éstas, tendré derecho a morirme.
Bellísimo
Me he emocionado hasta yo, así que puedo imaginarme cómo se habrá sentido ella al leerte :´)
Felicidades por este año de letras, una suerte para mi que decidieras compartir ese mundo que hasta entonces guardabas sólo en tus libretas :)
Y espero que por mucho tiempo.
Un abrazo muy fuerte y sincero
Y yo encantado de conocer un poquito de Ana :)
Cuanta magia.
Un beso.
Qué envidia, Ana, qué envidia, que alguien hable de ti con ese cariño, con esa ternura, con ese amor que duele de tan bello.
Qué suerte, Ana, ir dejando ese aroma dulce, ese recuerdo entre los días, es igual que llueva, que salga el sol, que estemos debajo de una cama esperando que la tormenta cese, tú estás ahí, presente, para llenar de fiesta la añoranza, para vestir de domingo este domingo, tan triste, lleno de lluvia y nostalgia.
Os beso, agradecido.
qué precioso lo que le has escrito, espero que tenga la ocasión de leerlo
y otra vez te felicito a tí por tu buen gusto musical
va el abrazo
esta vez elijo el silencio de mis sentimientos y el boceto de una niña...
dos preciosas miradas....
que bonito saber que creeis en las hadas...
le dais vida...
haceis que la magia sea realidad...
os acercais a los sueños
pero a los que no hacen daño
porque los haceis presentes.
no dejeis de colorear vuestra vida
y por supuesto a vosotros mismos
es parte de la libertad que nos queda
muchas gracias evita
aiiii que guapa eres!!!!
ole y ole
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