Dudas

Me atrapó la duda.
Me he quedado mirando al suelo con el ceño fruncido y la decepción sobre el cogote.

Hace sol y ya no me importa.

Tengo un amigo, X, un hombretón grande y bueno, que pega los mejores abrazos del mundo.
Creo que no se enfadará si digo que es un tipo sencillo, que no simple.
Xavi va de sus asuntos, como él mismo proclama, a la vida sin pagar peajes, sin una palabra de más.

A veces lo observo y me asombra la capacidad que posee para quedarse impasible ante el mundo, ante la vida, más allá de aquellos que le rodeamos.
Él nunca opina, nunca se enciende, nunca conversa...

Pero ya hace demasiados años que X y yo compartimos mantel y borracheras, demasiadas confesiones y algún que otro despertar sobre su terraza, y conocemos cada maldito recodo de nuestros pasos.

Quizás nunca antes hubiera reconocido lo que esta mañana de septiembre cayó sobre mis manos como un mazazo: Nada tenemos en común, nada que ver, vivimos en mundos ideológicos tan distantes que me abruma el espacio que nos separa.
Nunca antes habría reparado en ello porque las amigas somos de otra pasta, o eso me dice siempre.
Supongo que el afecto y su tremenda paciencia nos ha salvado de muchos percances.

Pero a estas alturas, cuando ya sólo nos vemos para recordarnos el pasado, que el tiempo de los libros y los licores se planifican, se apuntan en una agenda...nada parece lo mismo.

A veces, como hoy, X se escapa del trabajo y yo abandono mis tallas, para bebernos un vino y abrazarnos por todos los días que perdimos entre copa y copa....sólo que esta mañana el traje y la corbata han dejado ser un uniforme para convertirse en una marca de superioridad.
No me gusta lo que he visto, lo que he oído de la vida que nos pasa, de los periódicos , las camareras, las metas...


Y me pregunto si seré capaz de estimar de la misma forma incondicional a un muchacho que parece la versión moderna de Martínez el facha.






La NüBe