Cantábamos todos otra vez y el fado triste de Camané consiguió mi primera lágrima.
Perfil de espinas sin forma, , émbolo y latido de acordes, semblante sin nombre que asalta el confín de toda intimidad. Contigo el día oscuro presenta el aroma del encanto.
No sé qué tiene la música que nos resucita, nos detiene , nos embadurna de piel y coraje.
El fado es para escuchar, es solemne y solitario en su devoción.
Y mi cuerpo como paisaje, ofrecida a la claridad del coso, en la suavidad del silencio, sobre las rodillas de un caudal que me arrasa.
El gozo enmudece.
Mariza y Miguel Poveda. Meu fado.
Miguel Poveda. Soneto de la dulce queja.
Imagen: Lucien Clergue
martes, julio 29, 2008
Fadistas
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5 Mordiscos:
Maravilloso el fado entre Mariza y Poveda, los conocía por separado pero no revueltos.
El fado son olas. De puro sentimiento. Y casi casi nos ahogan de placer. Al menos a mí.
un besazo
Perfección y sentimientos, bañados por las olas de la vida, muy bello. Un besito!!
- Querido 38, es cierto que el fado nos lleva ,como el mar, a las profundidades ineriores. Son estupendos.
Un abrazo.
- Aljorista, sí, como la vida misma, con lo bueno y lo malo.
Un beso
precioso y grato el ambiente de tu blog, la ilustración me ha encantado
bs
- Amor y Libertad, gracias por la visita. Eres muy amable.
Me alegra que este huerto sea confortable para ti también.
Un cálido saludo.
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