Química del carbono

Entre la -amina, el -dimetil o el -fenil se esconde la contraseña química para desperezar la lluvia, los sueños, o la levadura que enciende las gotas norteñas, las imágenes del subconsciente o la masa sabrosa de todas las mañanas.
Nadie ha dicho que los elementos de la tabla periódica no sean tan certeros como mágicos.
A lo mejor existe la fórmula que explique por qué de tus manos salen las chispas que recargan mis días, o cual es la pócima que sirve en bandeja las pasiones a los seducidos, por qué nos gustan tanto los macarrones con queso.

Creo que acabaré por prenderme de este puñado de nombres sin lírica, de las tardes de mayo con números y mecanos en romances, de la mancha de café en mis lecciones.

Tip tap, mis manos arrastran el lápiz que todo lo explica ,que cuenta sin fin los alargados carbonos de las fórmulas, el empirismo de la formulación humana.










Foto: Picasso por Robert Doisneau.