¿Por qué quedarse callado cuando más necesitamos hablar? “Terrible el gañido de su sed canina” que diría Valle Inclán.
¿Por qué caminar cuando necesitamos permanecer estáticos?
A veces me canso de mis huellas, y cada rincón se eriza hasta hacerme daño.
El invierno ha caído en mis brazos y ya no sé muy bien qué hacer con mis pensamientos.
No pienses, me dicen, no pienses.
Pero la tarde no es una hoja muerta, no se desvanece como el humo.
Cosecha extraña y amarga.
La NüBe
martes, enero 23, 2007
Cosechas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 Mordiscos:
Yo escribía hace unos días acerca de esa necesidad de irse mientras te quedas y quedarte mientras te vas. En realidad es la misma que le de callar cuando más necesito hablar o quedarme a solas cuando más compañía preciso.
Como si jugásemos a perdernos cuando tenemos las respuestas que necesitamos solo para seguir haciéndonos pregunta a solas.
El invierno ha caído mal este año, casi diría que se ha precipitado en mi columna vertebral y susurra ideas que no sé de donde vienen ni por qué ahora.
No pienses ¡ja!
Que me expliquen primero cómo se desconecta el interruptor que mantiene activa mi mente.
Cuento los días que faltan para que llegue la primavera...
Publicar un comentario