sábado, octubre 14, 2006

Arenas

Te noté triste esta tarde.
Las palabras sin voz ni gesto tienen siempre el inevitable halo del equívoco, pero ,con todo, intuyo que nada es lo que parece.



Debería estar bebiendo un gin tonic a nuestra salud y tumbarme en la arena clara de mi memoria.


Pero sin tener todavía la respuesta, no hago otra cosa que ver París llena de lirios, como entonces, y aquella iglesia ortodoxa que me hizo sentir como la Koklova, o el café del barrio latino donde me sentaba....será que entonces yo también estaba triste y necesitaba París desde el Trocadero para aclararme.

Algún día iremos juntos y quizás vivamos el París canalla que Yves Montand cantaba, quizás repitamos la pauta que Echenique nos relató en su Guía Triste.
Tendré que arrastrarte hasta la rue Daru para sentirme artista o pasear por la ribera del Sena y bebernos a besos con uno de esos licores que tanto nos gustan.
Quizás, así, arranque la tristeza enredada entre tus líneas.


Sé bien que ,ahora, a penas puedo hacer algo que apacigüe tu rabia o esta ausencia alargada en la distancia.
No estaré apostada en tu almohada para acunarte, ni bailaré al final del bar entre tus manos cuando la madrugada nos grite al oído que todo puede ser. No tendré París ni Madrid, no seré la Marilyn que te cante al oído cumpleaños feliz.

Pero seguiré pensando en ti para que no nos quedemos “sin Paris con aguaceros, ni Venecia sin ti “...


La Nübe


2 Mordiscos:

Anónimo dijo...

Palabras y palabras, gordita...sólo deseo verte.

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Sí, las palabras tienen el halo del equívoco, pero el tono lo dice todo..., al menos eso me pasa a mí.

Veo que tú tb tienes recuerdos de tus viajes :)