Egon Schiele
Entramos aprisa en casa , desdudándonos como dos fieras heridas, buscándonos la boca y los besos como si nunca antes hubiésemos amado, como averiguando respuestas para la sospecha.
Por el pasillo alargado y oscuro fuimos dejando la ropa , los botones tintineantes y ateridos como mis huesos, tras la lluvia y el deseo contenido.
Sentía que nunca antes te hubiera tenido entre mis brazos. La piel era nueva, los lazos eran otros.
Labios, ingles, pies y manos se emborronaron en un paseo furioso. La cama era demasiado grande , las paredes angostas.
No decías nada, como Bogart ni siquiera tenías que tocarme, bastaba con ver cómo me mirabas.
Eres ilegal para mis venas, secreto para mis anhelos, recóndito para mis esperanzas, qué voy a hacer conmigo?
Me desperté justo cuando me observabas, sentado en el suelo, la cara entre las sábanas... y continuaste callado y en paz hasta que permití que regresaras.
Lush life, querido, Lush life sin parar, cuantas horas habrá sonado...
No podré volver a escucharlo, no volveré a sentarme sobre la alfombra, no miraré a través de los cristales...
Pero me vuelvo impar como una cenicienta cualquiera, suspendida, pasmada en el extremo, sorprendida en mitad de las palabras que no pronunciamos, con la madrugada y tus huellas en mi espalda.
Me puede el sueño y no sé si quiero perderte entre los párpados. Me faltan tus besos-mariposa.
I hear a Rhapsody.
La NüBe
jueves, septiembre 14, 2006
Lush Life
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2 Mordiscos:
Los sueños entre las sábanas siempre tienen matices más que sorprendentes.
*Al contrario, no solo no me importa, si no que te agradezco la visita y los cometarios.
Espero seguir viendonos por este mundo.
Ufff, a veces todavía duele.
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