Reflexiones a las noches de agosto

Mis torpezas dan vueltas como un náufrago.

En el cenicero humedecido, el cigarro se ha echado a perder y blasfemo largamente hasta quedarme callada y en paz.

Mi pelo se ensortija al compás de estas manos revoltosas que todo pretenden.

Resulta que tus palabras se pierden en el tiempo sutil de la molicie y aunque me esconda en los puntos suspensivos, llegaré tarde a mi cita con la vida, como suelo últimamente.

Con todo, un sol tímido e inconformista me ha tentado a escribir con hambre de palabras para mis afectos. Y quizás sea el azar o ,simplemente, que agarro la vida, para zarandearla, a esas horas en la que los amantes ansiosos ladran a la luna, que vuelvo siempre a la musicalidad de las teclas para juntar mis pedazos.

Ahora pienso que todas las resacas tienen sabor a domingo por la tarde, cuando decides guarecerte de la vergüenza de tus propias huellas, de los amigos con excesiva verborrea y que apedrean tu cabeza con los despojos de la noche anterior, rememorando sin pausa aquello que desearías olvidar.

Y sin embargo, hoy, que podría ser como otra tarde cualquiera, probablemente habría llorado amarga y repetitivamente ,como siempre hago, con esa historia de amor impasible y callada de In the Mood for love, quizás hubiera escuchado a Sardou o a Beth Gibbons, más apropiada para mis estados de catatonia y desazón indefinible tras los excesos.
Pero esta tarde ,definitivamente, Borodin y las estepas de Asia me harán tintinear las entrañas.

Afortunadamente las tormentas sólo están, hoy, en el aire, y yo en el hogar, cálido, ahumado.

No mentiría si dijera que entre música y humaredas me ha dado tiempo de sobra para husmear y reafirmarme que al igual que Felipe, aquel amigo de Mafalda un tanto místico y despistado, todos vamos dejando nuestra imagen en los charcos para que al evaporarse, cada gotita lleve un poco de nosotros mismos a todos los rincones de la ciudad....qué ñoñerías!!!

Mis ñoñerías de domingo.

La NüBe